Gabriela Wiener, como es usual, escribió una muy buena y pertinente columna. Esta vez, llamando la atención sobre el poco espacio que reciben las mujeres en el mundo de la prensa, como columnistas, redactoras, entre otros. Su consejo fue que se contraten más mujeres, la desatinada respuesta de la República fue publicar la lamentable columna del neo machista Victor Hurtado Oviedo: "Hermanitas de la paridad" ( .

Digo neomachista porque a diferencia del machismo tradicional que descalifica al feminismo de plano, discursos neo-machistas como el de Hurtado quieren hacernos creer que parten de un respeto al feminismo, porque dizque son razonables, y lo que deploran es la “exageración”, la “histeria”, una supuesta versión degenerada del feminismo que han dado por llamar “hembrismo”. Así, por ejemplo, Hurtado dice: “debemos rechazar los atentados del hembrismo y volver al feminismo que defiende la igualdad de derechos y de oportunidades”.

Sugiere una postura de defensa del feminismo pero llama a una feminista consecuente como Gabriela “usurpadora”, señala que el patriarcado es “inexistente”, dice además que el género es “ridículo” y justifica las grandes brechas históricas de participación de las mujeres en los espacios de mayor prestigio en la sociedad – como el de la escritura – , desde el argumento de las “aptitudes naturales”. Esto último como cuando en el libro del Episcopado, denunciando la supuesta “ideología de género”, lo más rancio del conservadurismo fundamentalista dice que: “…si aceptamos el hecho de que hombre y mujer son diferentes, una diferencia estadística entre hombres y mujeres que participen en una actividad en particular, podría ser más que una muestra de discriminación, el simple reflejo de esas diferencias naturales entre hombres y mujeres”. (Conferencia Episcopal Peruana, 2016: 22)

Para neomachistas como Hurtado habrían marginaciones justas entre ellas las que atañen a las mujeres porque según afirma la “marginación realmente injusta” es la pobreza. Sí, así como lo leen, marginaciones realmente injustas y las que no lo son.

A tener cuidado con estos contraataques machistas que pretenden representar  razonabilidad, están surgiendo por doquier. Por ejemplo, muy recientemente de las canteras del neomachismo han salido también a deslegitimar como “pánico sexual” e “intolerancia” las justas luchas contra el acoso y la violencia dentro de las universidades.